Hoy os traigo un relato que escribí para un concurso. El relato engloba los siguientes temas: fantasmas, terror, desapariciones, venganza.
Espero que os guste ;)
En
una fría noche de invierno en Alarcón, Sara se disponía a salir de su casa para
ver a sus amigas cuando notó algo extraño. Decidió no darle más importancia y
siguió andando, ya que llegaba un poco tarde y le echarían la bronca. De repente,
oyó que alguien caminaba detrás de ella. Cuando se giró para ver si era alguien
conocido no vio a nadie. Se volvió a girar, pero esta vez caminó más rápido. Aun
así, siguió oyendo pasos. Empezó a andar cada vez más rápido. A su vez, los
pasos también iban más rápido. Sara tenía la sensación de que la querían
atrapar, pero ella no iba a dejar que pasase eso. Por ese motivo, empezó a
correr y se escondió en uno de los portales más cercanos. Cuando vio a una de
las personas que supuestamente vivía en el inmueble decidió ir a contarle lo
que le estaba pasando.
-
Perdone
que le moleste señor, pero me he escondido en este portal porque hay alguien
que me está siguiendo y necesito que avise a la policía y tampoco tengo batería
en el móvil.
-
¿Qué
te están siguiendo?- dijo el señor con cara de pocos amigos.
- Sí,
eso he dicho. Al salir de casa he oído pasos detrás de mí. No le he querido dar
importancia, pero cuando he empezado a caminar más y más rápido los pasos
también eran más rápidos. Incluso me ha parecido escuchar a una persona jadear
cómo si estuviera cansada de correr.
- ¿Enserio?
Pues quizá si salimos a la calle veremos a alguien. Vamos, que te acompaño.
Al
salir a la calle no vieron a nadie que no fuera del pueblo, por eso la persona
que había intentado ayudar a Sara se fue diciendo que estaba loca y que no se
inventase cosas. A pesar de eso, siguió incansablemente su camino para reunirse
con sus amigas. Cuando llegó a donde estaban, les comentó lo que le había
pasado y se echaron a reír.
- Pero
tía, ¿estás segura de todo esto? No sé, me parece un poco raro lo que estás
contando.
- Sí,
estoy totalmente segura. Si no estuviese totalmente convencida de esto no os lo
estaría explicando.
- ¡Venga,
ya! ¡Ahora vamos a divertirnos y a dejar los malos rollos aparte!- dijo Laura, la mejor amiga de Sara.
Y
todas juntas fueron a una discoteca. Pero Sara no podía dejar de pensar en todo
lo que le había pasado. Mientras estaban bailando y bebiendo varios cócteles,
Sara se dio cuenta de que había un chico que la estaba mirando fijamente.
Prefirió
pasar y no hacer caso de ello, ya que estaba con sus amigas y no quería ligar
con chicos después de lo que le había pasado. Ella y sus amigas siguieron
bailando y bebiendo cómo si no hubiese un mañana. Y eso estuvo muy bien, porque
a Sara le ayudó a olvidar todo lo sucedido aquella noche.
Los
minutos y las horas pasaron muy rápidamente, hasta que se dieron cuenta de que
eran las 4 de la mañana. Sara estaba muy cansada y muy borracha y quería irse a
casa. Pero sus amigas opinaban lo contrario, así que salió de la discoteca e
intentó buscar un lugar tranquilo para descansar y que se le pasase la
borrachera, porque no podía llegar en ese estado a su casa y arriesgarse a que
sus padres le echaron la sermoneasen.
Caminó
un buen rato hasta que encontró un parque infantil. Pensó que era un buen
lugar, ya que en el parque había bancos para poderse sentar y que se le pasase
la borrachera. Estaba sola, pero de repente apareció alguien. ¿Quién
será?-pensó Sara. Mientras esa persona se acercaba le iba reconociendo… ¡Era el
chico que la estaba mirando en la biblioteca! ¿Y qué hacía en ese parque a esas
horas? No tuvo tiempo para pensarlo mucho, porque en cuanto se quiso dar cuenta
el chico estaba muy cerca. Se intentó apartar para salir corriendo, pero al
estar tan borracha se cayó de cara al suelo. El chico la agarró con fuerza por
las muñecas, la obligó a levantarse y se la llevó con él.
Al
día siguiente, tanto sus amigas como sus padres se extrañaron muchísimo, ya que
no contestaba a ninguno de los mensajes que le mandaban. Todos creyeron que le
había pasado algo, porque solía comunicarse a menudo con la gente que más
conocía. Por eso, pensaron en llamar a la policía. Cuando los padres de Sara
contactaron con la policía, les explicaron todo lo que había sucedido y que su
hija no contactaba con ellos ni con ninguna de sus amigas. La policía decidió
hablar primero con todas las personas que conocían a Sara y un amigo de ella
les dijo que la había visto corriendo y que se dirigía hacia un portal cercano.
Gracias a las indicaciones de ese chico, llegaron al portal donde supuestamente
había estado Sara la fatídica noche. Empezaron a preguntar a todos los vecinos
si habían visto a Sara y casualmente una señora que bajaba a tirar la basura la
vio bastante asustada y mirando en todas direcciones. Después de esa
explicación, la señora les dijo que la vio con un señor que vivía en el 1ºD.
Los policías le dieron las gracias a la señora y subieron corriendo al piso que
les había indicado.
Se
extrañaron mucho, porque la puerta estaba medio abierta y parecía que todas las
luces estaban apagadas. Entraron con cuidado, porque quizá había entrado un
ladrón y le querían pillar in fraganti. Cuando encendieron las luces del
comedor, la escena que presenciaron fue mucho peor. Se encontraron al inquilino
colgado de una cuerda al techo. Cuando le tomaron el pulso comprobaron que ya
estaba muerto. Lo más inusual era que no había ninguna silla por el suelo a la
que se hubiese podido subir para colgarse. Después de unas investigaciones
descubrieron que ese hombre no tenía ningún motivo aparente para suicidarse.
Aun así, después de unos días decidieron dar el caso por concluido y dejarlo
como si ese hombre se hubiese suicidado.
Pero
ese no fue el único suceso extraño en Alarcón: una de las amigas de Sara tenía
marcas en el cuello y parecía que alguien la había ahogado, encontraron a una
señora del pueblo ahogada en el lago, a otro señor del pueblo quemado vivo y a
muchas otras personas que vivían en el pueblo muertas en extrañas circunstancias.
Al cabo de unos días, una de las amigas de Sara estaba viajando en coche a
Madrid, para visitar a sus padres, cuando de repente vio a una chica en camisón
que caminaba por la carretera. Pensó que era alguien que se había perdido y por
esa razón paró el coche para hablar con la chica.
-
Hola,
¿te has perdido?- dijo Sofía, la amiga de Sara.
-
¿Acaso
no me reconoces? ¡Y eso que decías ser mi amiga!
-
¿Perdona?
¡Si no te conozco de nada! Espera un momento… ¿Sara?
- Sí,
soy yo. Veo que no te importaba mucho, ya que no me has reconocido antes de que
te lo dijese. Ah, ¿sabes qué? Vas a morir y a sufrir cómo yo lo hice. Estoy
harta de que la gente aparente lo que no es. Y ahora que soy un fantasma me
puedo vengar de todos los que no me ayudasteis cuando más lo necesitaba. Así
que vete despidiendo de todos a los que dices amar, porque sólo te dejaré 5
minutos. Después de eso, haré que tu coche explote y nadie sabrá que he sido
yo, porque no han encontrado mi cuerpo y estoy muerta para todo el mundo.
- Pero…
Sara… Si yo te tengo mucho aprecio… Por favor, no me mates…-dijo Sofía entre
sollozos.
- Lo
siento, pero tú fuiste una de las personas que no me ayudó. Así que me voy a vengar de ti. Venga, te queda poco tiempo para despedirte de tus seres
queridos.
Cuando
Sara acabó la frase, el coche de Sofía explotó. No le dejó cinco minutos, como
tampoco tuvo clemencia cuando apareció ante sus otras amigas antes de matarlas.
Todos esos asesinatos quedaron sin resolver y cada vez iba muriendo más gente
en Alarcón. No murieron todos los habitantes del pueblo, sino sólo aquellos que
no ayudaron a Sara la fatídica noche en que desapareció y que fue asesinada
brutalmente.
¿Os ha gustado?
Ya sabéis, si queréis hacer cualquier sugerencia o comentario no dudéis en publicarlo aquí o en la página de Facebook del blog.
Muchos besos y.....¡Hasta la próxima!
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